La arquitectura renacentista fue un movimiento intelectual y artístico que surgió en Italia después de la Edad Media y tuvo un efecto de ruptura. El teocentrismo predicado hasta entonces, donde Dios era el centro de todas las cosas, fue reemplazado por el Humanismo, es decir, ahora el hombre se convirtió en el centro de inspiración para toda obra. Lo que predominaba en la “Edad Oscura” era el estilo gótico con construcciones asimétricas y ornamentadas, donde los edificios buscaban alcanzar el cielo en su altura. Una de las catedrales más antiguas que refleja este período es la Catedral de Notre-Dame de París, con sus imponentes rosetones destacando en las fachadas.
Rosáceas são janelas de formato redondo posicionadas no alto dos portais de entrada das construções do período gótico, eram decoradas com vitrais coloridos e desenhos geométricos remetendo a flores como símbolo bíblico para o período onde a rosácea representaria Maria e a luz entrando através deste seria Jesus Cristo.
Con eso, el Renacimiento trae consigo el deseo de crear algo diferente, surge para explorar el mundo, descubrir nuevas formas de arte y replicar las formas de la naturaleza y su entorno. Florencia fue la cuna de este movimiento y la Catedral de Santa María del Fiore es su símbolo hasta el día de hoy, con su impactante cúpula y pilastras inspiradas en el clasicismo, que aportan simetría y proporción a las obras. Revivir el período clásico y sus modelos de arquitectura era una búsqueda constante de los arquitectos renacentistas.
Cúpula o “cúpula” se refiere a la parte superior ovalada interna o externa de algunos edificios, tienen una abertura central en la parte superior que permite la entrada de luz al edificio.
¿Y el estilo nórdico?
La arquitectura nórdica:
Surge alrededor del siglo XX y se concentra en la región de Escandinavia, y tiene como principio adaptar la arquitectura para que se asemeje a la naturaleza y al entorno en el que vive el hombre. Nuevamente prevalece el humanismo, con la preocupación de cómo integrar la naturaleza en la obra, y se caracteriza por replicar los tonos del paisaje exterior. Dado que esta área de origen tiene un clima frío, la geografía y la cultura local también cambian según sus condiciones, por lo que la arquitectura nórdica se enfoca en la simplicidad, tonos claros, sin excesos y mucha luz natural.
Pero, ¿cómo puedo usar estos dos estilos en proyectos de arquitectura actuales?
¿Eres arquitecto y te identificas con alguno de estos dos estilos o con ambos? Ten en cuenta que sí, es posible incorporar detalles que recuerden a estas corrientes arquitectónicas en tus proyectos. Aquí te presento algunas sugerencias de cómo hacerlo en la práctica:
- Prioriza la arquitectura sencilla. La estética minimalista se ajusta a este caso, donde un espacio sin excesos basado en lo esencial brinda claridad a la mente humana.
- Utiliza el equilibrio geométrico y la proporción de volúmenes. Mantener coherencia en las proporciones es fundamental, prestando atención a las reglas de composición y proporción.
- No temas atreverte con líneas curvas. Objetos curvos y muebles curvos, como lámparas y candelabros en forma de cúpula, por ejemplo, aportan un toque moderno a las obras, tal como se busca en estos estilos, evocando la evolución.
- Utiliza materiales que recrean los utilizados en esa época. Por ejemplo, porcelanatos con diseños de mármol o texturas utilizadas en aquel periodo.
- Prioriza los tonos neutros. El uso adecuado de madera clara y tonos terrosos, por ejemplo, evoca la arquitectura de estos estilos.
- Valora los recursos naturales. Preocúpate por integrar el espacio con el entorno exterior y aprovecha al máximo la luz natural disponible.
¿Te gustó el contenido? Espero haber aclarado tu duda de alguna manera. ¡Hasta la próxima!
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